La recuperación de los derechos políticos de Lula trae una esperanza de unidad para la izquierda
La diputada estadual de Río de Janeiro Renata Souza afirmó hoy que la recuperación de los derechos políticos del expresidente Luis Inacio Lula da Silva trae una esperanza de unidad a la izquierda y subrayó la necesidad de una reforma judicial en Brasil porque está funcionando como un sistema de "venganza social" en lugar de justicia social.
Nacida en la favela de la Maré, Souza es una periodista e investigadora reconocida internacionalmente en el área de Comunicación Comunitaria y Derechos Humanos y trabajó durante más de una década junto a Marielle Franco, asesinada hace tres años por guerrillas paramilitares. Esta es la síntesis de la entrevista con Télam:
-Télam: ¿Qué signica la anulación de las condenas y la recuperación de los derechos políticos de Lula para la oposición a Bolsonaro?
-Renata Souza: Rever los derechos políticos del expresidente Lula es fundamental, al nal tuvimos un proceso antidemocrático de persecución utilizando la Justicia brasileña. Esto es grave y demuestra cuánto las instituciones están tomadas no por una lógica republicana sino (por una lógica) de defensa de determinadas visiones políticas. Esto jugó en contra de Lula, y también en el proceso de impeachment (juicio político) de la expresidenta Dilma Rousse, que, en verdad, se trató de un golpe de Estado.
-T: ¿Cómo evalúa el papel de la Justicia en los últimos años?
-RS: Desafortunadamente, la Justicia fue tomada por un proceso de construcción de tornar inviable el accionar de aquellos y aquellas que encarnaban un rol importante en la política brasileña, en especial en el campo de la izquierda. La Justicia necesita ser organizada y reformulada porque hoy funciona de manera muy dañina a la propia democracia. Rever los derechos políticos de Lula fue un salto de calidad respecto a la responsabilidad de los ministros en ese proceso de recuperación republicana en Brasil.
-T: ¿Cree que Brasil necesita reformular su sistema judicial?
-RS: Es muy necesario reformular el sistema de Justicia. Tenemos un sistema que apuesta en una lógica muy subjetiva de lo que se diseñó como Justicia en Brasil. Digo esto en relación especial a la perpetuación, por ejemplo, dentro del sistema penitenciario de un perl joven, negro, que viene de las villas y periferias. La Justicia está muy dispuesta a juzgar con más determinación a personas de clases más pobres y encarcelarlas, especialmente bajo la supuesta guerra contra las drogas. En verdad, lo que tenemos en Brasil es un sobreencarcelamiento, reejo también de una sociedad de clases que no rehabilita la posibilidad de inserción social de su población, en especial de su población pobre que vive en la miseria. El sistema de Justicia pesa mucho más sobre los que no tienen acceso a la justicia plena y a su propia condición en cuanto humano. El sistema de justicia hoy actúa en el proceso de sobreencarcelamiento y en afectar a los derechos de las personas en cuanto ciudadanas. La Justicia hoy funciona como una especie de venganza social y no de justicia social.
-T: La recuperación de los derechos políticos de Lula abre la puerta a una posible unidad de la izquierda?
-RS: Creo que es posible pensar en la unidad de la izquierda, especialmente a partir de una característica fundamental: la recuperación de la democracia. Hoy, nuestra democracia está en riesgo con el presidente (Jair) Bolsonaro, que ataca a las instituciones en todo momento. La recuperación de los derechos políticos de Lula trae una esperanza para todos para rever una unidad de la izquierda, que es fundamental para superar esta lógica negacionista que menosprecia a las personas y perjudica a los más pobres en Brasil.
-T: ¿Cómo evalúa la gestión de la pandemia que llevó adelante el Gobierno de Bolsonaro?
RS - La gestión de la pandemia en Brasil es irresponsable y pone a la población brasileña en riesgo, con un Gobierno que niega la existencia del coronavirus, niega la posibilidad de que las personas utilicen barbijos, niega el acceso a vacunas de manera cualicada. Es una situación completamente absurda. En Rio de Janeiro, la gestión también es muy complicada. No tenemos medidas de restricciones ecaces cuando tenemos en Brasil más de 2.000 personas muriéndose cada 24 horas en los últimos 3 días. Hay una impericia no solo del presidente de la República sino también en la manera en que el gobernador en ejercicio de Rio (Wilson Witzel, Partido Social Cristiano) se comporta, porque él es el actor principal en la relación con Bolsonaro. Es muy difícil la situación en el país y en la ciudad de Río, en donde las personas están con dicultad de acceder a los hospitales, de lograr emergencias para tener un tratamiento adecuado y, obviamente, está la cuestión ideológica que no se trata solamente de un negacionismo, sino de deshumanidad.
Télan